Supongo que llegaste aquí buscando algo de información sobre el té. Este primer artículo no habla sobre el té como tal, pero sí te cuenta mi historia. Cómo llegué a enamorarme del té.
Soy Leonora, pero por efectos prácticos y milenarios, quiero que me digas Leito.
Soy Master Tea Sommelier certificada desde hace 5 años. Pero, lo más irónico de decir esto, es que cuando era pequeña, vivía en una lucha intensa con mi hermano Benjamín, diciendo que no me gustaba el té, y que el café era mejor. Sí 100% real.
He descubierto un mundo que me ha llevado a conocer, experimentar y vivir una experiencia diferente.
Y ya ves, muchos años después, he perdido esa guerra. Pero en lugar de tener sentimientos negativos por haberme dado cuenta que sí, efectivamente el té es mejor que el café (con perdón de mis amigos café lovers); me siento feliz porque he descubierto un mundo que me ha llevado a conocer, experimentar y vivir una experiencia diferente.
Quizás te preguntes ¿qué pudo haberle hecho cambiar de opinión?
Y, aunque sigo tomando café y lo disfruto mucho, este espacio es para contarte por qué he pasado de #CoffeeLover a #TeaLover certificada.
Mi deseo es contarte cómo con una simple hoja llamada Camellia Sinensis, encuentras encerrado un mundo de experiencias sensoriales.
He creado este espacio, con mucho amor y un poquito de temor (a la visibilidad), para poder enseñarte, conversar y responder todas tus dudas sobre el té, blends y por qué no, algunas infusiones y tisanas. Prometo ser generosa con todo lo que sé, así que si quieres hablar sobre maridajes no me negaré a darte algunos consejos.
Antes de irme, quiero que te imagines esto:
Después de un día pesado en el trabajo, imagina llegar a casa y buscar un espacio para ti.
Enciendes la caldera y tu mente comienza a divagar: ¿té negro o té verde? Quizá un delicado té blanco con jazmines… pero de repente, las notas cítricas y cálidas de un té oolong con piel de naranja invaden tu memoria. El aroma parece bajar hasta tu nariz, despertando el paladar, y pronto el agua empieza a hacerse presente en tu boca. No hay vuelta atrás: la elección está hecha, y la anticipación del primer sorbo se convierte en un instante de placer que ya puedes saborear.
El agua ha alcanzado la temperatura perfecta. Colocas la bolsita de té en tu taza favorita y viertes el agua, dejando que su sonido caiga como un susurro que quisieras que durara para siempre. Te relaja, te calma, te inspira.
Mientras el té se despliega lentamente, las hojas danzan en círculos, liberando su aroma y su color, mezclándose con el agua en un ritual silencioso y mágico. Te detienes por un instante, observando cada movimiento, sintiendo cómo el momento se expande.
Finalmente, tomas tu taza con cuidado y eliges la actividad que mejor acompaña esta preparación: leer, escuchar música o simplemente contemplar el presente. Cada sorbo se convierte en un instante de calma, una pausa que nutre el alma.
Ya sea un libro, una buena serie o estar en silencio, el punto es que este momento es tú momento.